Sábado a la noche, otra vez, solo y confundido te llamé, escuché tu voz lejana y en silencio te corté.
Un millón de veces te busqué entre los gemidos del placer y tal vez me diste todo pero no lo supe ver.
Dejaste en mi el sabor de ayer, no sé pedir lo que me hace bien, sábado otra vez.
Sábado a la noche, otra vez, música de fonde en la TV, las pastillas en mi almohada y tu foto en la pared.
No hay comentarios:
Publicar un comentario